Quería hacer su barco en su casa, y buscando información en Google se topó con el mundo del «Hágalo usted mismo».
Allí, Provenzano, licenciado en comunicación social, descubrió que a las personas que participaban


de estos foros, se las llamaba makers (hacedores): una gran fuente de inspiración para diseñar y producir su propio barco. La clave, dice, era hacer antes que comprar. Debatiendo esto con la comunidad NETI (sigla de «no todo está inventado»), un grupo de diseño que integra, se dieron cuenta de que ellos mismos eran parte del movimiento maker, una subcultura que ha pasado del «Hágalo usted mismo» al «Háganlo todos juntos», y que alguno ya señala como la nueva revolución de la construcción naval amateur.
«Es una experiencia colaborativa -cuenta Provenzano, que investiga el tema para su tesis de maestría-. Toma el modelo de negocio de lo digital y lo pasa al mundo real de las cosas, creando una economía de intercambio basada en la participación y la conexión.»

El movimiento maker, integrado por estudiantes de carreras técnicas, inventores, emprendedores y profesionales de distintas áreas, supo entrecruzar la cultura digital con la de garaje, el desarrollo de software con la manipulación de un torno y las redes sociales con el intercambio de ideas cara a cara para democratizar los medios de producción. ¿El objetivo? Materializar proyectos sin perder de vista que el motor es el hacer y que los fracasos son parte del aprendizaje.
“Creemos que nuestra generación es la que puede empezar a cambiar los paradigmas de la economía, una camada de jóvenes adultos que no tiene miedo a equivocarse porque sabe que así se aprende” -dice Ottonello-. Es hacer, hacer y hacer todo el tiempo.
Mi experiencia en el mundo de «Hágalo tu mismo»
He construido numerosos barcos con los años, como aficionado y profesionalmente, lo cual me hace afirmar que construir de forma amateur, no lo sólo se consigue lo que uno desea, sino que el ahorro monetario es considerable en comparación con un barco equivalente de producción. Cualquiera diría que es obvio, pero obtener metodologías prácticas de construcción y ahorrar cerca del 55%, ya no es tan obvio.
Cuando boté mi primer velero de 36 pies en 1988, un profesional de la industria náutica rioplatense me preguntó lo que me había costado. Le dije u$s 23.000, que era el total del proyecto. Me dijo que era imposible construir un barco de ese tamaño por menos de u$s 80.000. En los 2 años y 9 meses que llevó construir el barco, yo ganaba u$s 15.000 al año. Claro que no fuimos al cine, ni comer a restaurantes ni vacaciones, pero construí un barco que estaba equipado para navegar transoceánicamente.

Por supuesto, la construcción de barcos de aficionados no es para todos. Algunas personas son torpes y casi seguro que estropean cualquier proyecto que abordan.
Un argumento frecuentemente utilizado en contra de la construcción amateur, es que no hay ahorro cuando se añade el costo de la propia mano de obra en el costo.
Esto ciertamente se aplica si usted, es un constructor profesional de barcos que está construyendo un barco para sí mismo. Por lo demás, la construcción de barcos se convierte en un pasatiempo muy productivo y un tiempo, para la liberación de las presiones de la vida cotidiana.
Una gran ventaja que surge de la construcción de su propio barco, es que conoce todos los rincones de ese barco. Usted va a entender todos los sistemas eléctricos y mecánicos, sin tener que estudiar minuciosamente los manuales, que muestran diagramas de cableado, cambiar esquemas de paneles, tramos de tuberías, la ubicación de los accesorios, etc.; y ser capaz de solucionar la mayoría de los problemas en un momento, sin previo aviso. Todavía me acuerdo mucho de la estructura, electricidad, plomería, etc. del primer gran barco que he construido en la década del 80’.
Un beneficio que no debe ser subestimado, es el orgullo que uno siente, cuando se lanza a navegar en esa hermosa cosa, que ha creado con sus propias manos. El constructor moldea el carácter de la embarcación y, en el proceso, el barco hereda el carácter del constructor, y le enseña nuevas habilidades, que pueden ser utilizados en otras cosas de la vida.
Una advertencia sin embargo, este insecto muerde duro y a menudo resulta en una adicción incurable. Así que cuidado, si usted construye su propio barco, puede terminar haciendo algo que realmente le gusta para ganarse la vida.
De esta manera, diseñé los Cursos a distancia, pero con el tiempo descubrí que realidad a muchos no les interesa de donde surgen las formas y los espesores. Hay grupos de personas que sólo quieren construir y buscan planos por Internet. Me han consultado por:
- Casas flotantes
- Catamaranes de placer
- Day cruiser para trasladar
- Veleros trailables
- Embarcaciones de trabajo, entre otras.
Entonces me sentí obligado a responderles; pero ¿cómo satisfacerlos? Los gustos son muy variados. A continuación les listo una serie de links de otros profesionales:
En estos sitios podrás encontrar planos de construcción de veleros, desde 28 pies a Euros 750 hasta 48 pies Euros 7.000
La construcción mal llamada amateur
Si en lugar de llamarle construcción amateur (aficionado), o individual, le llamásemos construcción ONE-OFF, que es como le llaman los astilleros, para los barcos construidos a una o dos unidades, seguro que estaría mejor vista.
El que haya encontrado el barco de sus sueños, en el mercado de unidades nuevas o usadas, y además disponga de los medios para financiarlo, afortunado él, tiene el tema resuelto.
Para los que no han encontrado “el barco”, para los que buscan barcos de producción muy limitada y ofertados a precios exorbitantes, como por ejemplo los trimaranes, o para los que simplemente hayan decidido construírselo ellos, como desafío y realización personal, existe todo un universo a menudo desconocido, en el que gente como ellos llevan a cabo la construcción del BARCO.
Este universo se divide en dos galaxias diferentes: Los que construyen todo el barco desde cero, a partir de los planos y de las especificaciones de un técnico, arquitecto o ingeniero naval.
Los que a partir de un kit, es decir con las piezas básicas preparadas por una empresa o astillero, que el constructor recibe en un contenedor o camión para ser montadas y rematar el barco.
Otra versión del kit, es un casco con o sin cubierta, en bruto, con los mamparos estructurales colocados, y a partir de aquí se lleva a cabo el acabado del barco.

Dado que el criterio comúnmente aceptado, según el cual, en el precio de un barco acabado, el costo de la mano de obra representa entre el 50% y el 70% del precio final, el ahorro que se puede esperar sobre el precio de un barco equivalente fabricado por un astillero, según el caso sería:
- Barco construido en su totalidad a partir de la materia prima, ahorro potencial de un 60 a 70%.
- Barco construido a partir de un kit comprado al fabricante, ahorro potencial de un 50 a un 60%.
- Casco cerrado fabricado por el astillero, en bruto para acabar, ahorro potencial de un 30 a un 50% según el nivel de acabado.

Los materiales más utilizados actualmente en el mundo para la construcción son, la madera (contrachapado-epoxi) en su gran mayoría, el aluminio y el sándwich-fibra de vidrio en menos casos; pero, en Argentina hay una especial inclinación hacia el acero, seguramente a una arraigada pauta cultural sobre seguridad; lo cual, para los que saben de resistencia de materiales, saben que no es así.
Los barcos de una eslora inferior a 7 metros, en su inmensa mayoría se construyen con una gran variedad de maderas.
A pesar de una cierta evolución, el tema de la construcción náutica amateur, sigue siendo un tanto mítico para el aficionado medio. Tras algunos años de dedicación en seguir pacientemente mis proyectos, he constatado repetidamente la sorpresa del propio constructor, al ver que sin excesivas dificultades, el proyecto se va gestando y la embarcación va saliendo de la nada, consolidándose en un milagro ante sus propios ojos atónitos.
No hablemos ya del círculo de amistades, que habían tildado en su día al sufrido constructor, como de enteramente loco, al osar realizar con sus manos, nada menos que un barco, que debía enfrentarse a la mar y luchar con las olas.
Afortunadamente, se ha notado un cierto cambio de mentalidad en este sentido, e incluso resulta curioso constatar, que existen una mayoría de aficionados constructores de tierra adentro, que tan solo toman contacto con el mar, en sus cortas vacaciones estivales.

Cuatro razones fundamentales para construirse su propio barco. Hágalo Ud. mismo
La gente me pregunta muy a menudo: ¿Por qué construirse su propio barco? Existen al menos cuatro razones fundamentales:
En primer lugar el ahorro económico. En este sentido, he podido constatar que es del orden de un tercio del costo, de un modelo parecido en el mercado, si el constructor cuida todos los detalles económicos del proyecto, intentando siempre conseguir los materiales al menor costo. Hay casos, donde el control es menos estricto, por lo que el valor del barco, puede ser de hasta la mitad de su homónimo profesional. En ningún caso se ha sobrepasado esta cifra.

Otra ventaja adicional importante es que la inversión, se realiza de forma escalonada, a medida que se precisan los materiales. Evidentemente, esta ventaja económica resulta un tanto discutible; ya que, en ella sólo se consideran los gastos de materiales y equipamiento, sin contar con nuestras horas invertidas en el proyecto, y aquí entramos de lleno en la segunda consideración.
Para realizar completamente y con éxito una construcción amateur, es muy importante el gusto por el trabajo personal. El constructor debe estar apasionado por su propio trabajo, y las horas invertidas en él, deben constituir un pasatiempo agradable. Muchos amateurs esperan ansiosamente la llegada del sábado, para sumergirse de lleno en lo que constituye su verdadera obsesión: construir con sus propias manos un barco personal.
Esta es la tercera razón, que justifica la construcción amateur. La posesión de un barco absolutamente personal, donde se han plasmado todos nuestros detalles, de acuerdo con la personal concepción del programa del barco: el viaje, el deporte, la pesca o el paseo.
Finalmente, existe una cuarta razón de tipo técnico. Para algunas personas, resulta muy importante, el conocimiento profundo de su propia embarcación, en todos sus detalles, desde el funcionamiento del motor, hasta el anclaje estructural de timón, quilla y demás. En este sentido, prefieren tener la absoluta garantía, de un montaje personal, antes de arriesgarse a un posible descuido del astillero. Este tipo de aficionado, suele tener unos conocimientos técnicos y constructivos, notablemente superiores a la media.
La construcción sándwich, ha abierto las puertas a muchísimos aficionados, poniendo a su alcance, un método eficaz, del que no se precisan conocimientos previos, para abordar el trabajo más imaginativo: “La construcción de nuestra aventura sobre la mar.»

Hecha la ley, hecha la trampa en el mundo de «Hágalo Ud. mismo»

Otra consulta que me realizan a menudo es: Si me hago el barco ¿luego puedo inscribirlo?
Desde luego que sí, es mi respuesta; pero, hay dos caminos para realizarlo. El primero, el legal, como indica la Ordenanza de Prefectura Naval Argentina.
Haz clic en la imagen para descargar la Normativa
Es como cuando construimos nuestra casa.
Primero, llamamos al Arquitecto o al Maestro Mayor de Obras, para que nos realice el proyecto acorde a lo que deseamos (honorarios profesionales de un 4 % hasta un 14 % del costo de la construcción).
Segundo, solicitamos el permiso de construcción a la Municipalidad, quien además nos aprueba los planos.
Tercero, elegimos al Director de Obra, para que la construya. Y mientras se construye, se solicitan inspecciones (honorarios profesionales de un 4% hasta un 10% del costo de la construcción).
De forma similar, sucede con la construcción de una embarcación deportiva. Pero, también conozco personas que han comprado por Internet, planos de la embarcación, que más o menos se ajustaban a sus necesidades. Recibido el material, en el terreno del fondo de casa, iniciaron la construcción. Cuando están próximos a terminar la obra, y con la necesidad de botarlo, se dirigieron a un Estudio Naval o un profesional matriculado, y estos realizaron las gestiones para ser aceptado en la Prefectura, pagando una multa por no haber seguido el camino legal.
Este es de los artículos que me gusta leer . A menudo considerado como imposible el realizar un sueño, pero que marca la gran diferencia entre una persona que ve posible su proyecto y quienes consideran los proyectos como locuras imposibles. Cuando tenía 17 años comencé a construir la otra de un velero con estructura de hierro. Al año esa proa fue transformada por mi padre en un portón. Eso marcó dos cosas, primero que no tenía ni planos ni conocimientos, solo tenía las ganas. Lo segundo, es que no le dedique tiempo a la construcción, por tal razón, mi padre consideró pertinente darle otro uso a esos materiales -y lo bien que hizo-. Hoy a los 64 años, tengo las mismas ganas y abonadas con conocimientos hacen posible lo que siempre soñé. Antes no había información, hoy sí la hay. No la desaprovechen y sean felices. Construyan sus sueños.
Es tal cual Ángel
The article refers to a series on the amateur design and construction of sailboats. I recommend following them on my YouTube channel: @sobrebarcosypeces
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