En el mundo del diseño y la navegación a vela, uno de los conceptos más importantes para evaluar la seguridad y el comportamiento de una embarcación, es la curva de estabilidad.
Aunque suele asociarse a estudios de arquitectura naval avanzada, entenderla es fundamental, tanto para quienes diseñan su propio velero, como para los navegantes que desean conocer mejor la respuesta de su barco, en distintas condiciones de escora. En este artículo aprenderás qué es la curva de estabilidad, por qué es tan importante, y cómo puede obtenerse paso a paso, utilizando conocimientos básicos, que ya hemos desarrollado anteriormente, como el centro de gravedad, el baricentro y el metacentro.
¿Qué es la estabilidad de un velero?
La estabilidad de un velero, es la capacidad de la embarcación para volver a su posición de equilibrio, cuando se inclina (escora) debido al viento, olas u otras fuerzas externas. Si un barco carece de estabilidad suficiente, puede volcar con facilidad; si es demasiado “duro”, puede resultar incómodo y difícil de gobernar.
Para evaluar esta característica, los ingenieros navales utilizan una herramienta gráfica conocida como la curva de estabilidad, que muestra cómo varía el momento que tiende a adrizar el barco (momento adrizante) en función del ángulo de escora.
Conceptos previos: G, B y M
Antes de calcular la curva, es necesario recordar tres puntos clave:
- Centro de Gravedad (G): punto donde se concentra el peso total del barco.
- Centro de Carena (B): centro geométrico del volumen sumergido. Se desplaza lateralmente cuando el barco escora.
- Metacentro (M): punto que ayuda a determinar la estabilidad inicial; está relacionado con la forma del casco y la posición de B al escorar.
La interacción entre estos puntos define el brazo adrizante (GZ), que es la distancia horizontal entre G y la línea de acción de la fuerza de flotación. Este brazo es la base de la curva de estabilidad.
Cómo se obtiene la curva de estabilidad
Para calcularla, se siguen estos pasos:
- Definir el desplazamiento y el centro de gravedad: ya calculado en el diseño inicial.
- Escorar la embarcación: imaginar o simular el barco en distintos ángulos (por ejemplo, cada 10 grados).
- Calcular la posición del centro de carena: para cada ángulo, se determina cómo se desplaza lateralmente.
- Determinar el brazo adrizante (GZ): es la distancia horizontal entre G y la vertical del centro de carena.
- Graficar los valores: en el eje horizontal se colocan los ángulos de escora y en el vertical los valores de GZ. Al unir los puntos, se obtiene la curva.
Este proceso puede hacerse manualmente con los planos del casco o mediante software especializado. En proyectos amateurs, basta con un plano de líneas y herramientas gráficas básicas para obtener una aproximación muy útil.

Interpretando la curva
Una vez construida, la curva de estabilidad revela información crítica:
- Inicio de la curva: en 0° de escora, GZ = 0 (equilibrio).
- Ángulo de máxima estabilidad: donde la curva alcanza su valor máximo de GZ; indica el punto donde el barco ofrece mayor resistencia al vuelco.
- Rango de estabilidad positiva: intervalo de ángulos en el que GZ es mayor que cero. Al superarlo, la embarcación pierde su capacidad de adrizarse por sí sola.
- Reserva de estabilidad: área bajo la curva; cuanto mayor sea, más segura será la embarcación ante grandes escoras o vuelcos.
Factores que afectan la curva de estabilidad
La forma y seguridad de la curva dependen de varios factores:
- Manga y francobordo: cascos más anchos y altos suelen ofrecer mayor estabilidad inicial.
- Lastre y quilla: un centro de gravedad más bajo incrementa la estabilidad.
- Superestructuras y aparejo: influyen en el momento de escora y, por ende, en la curva.
- Peso de carga y distribución: modificar estiba o tripulación cambia el centro de gravedad y la curva.
Importancia para diseñadores y navegantes
Para un diseñador amateur, la curva de estabilidad es esencial, para evaluar y mejorar su proyecto antes de la construcción. Permite anticipar el comportamiento del velero, y optimizar lastre, manga o altura del mástil.
Para un navegante, conocer la curva de su embarcación, significa comprender mejor sus límites de seguridad, anticipar comportamientos en tormentas y tomar decisiones más informadas al reducir vela, o modificar rumbo ante escoras fuertes.
Conclusión
La curva de estabilidad es mucho más que un gráfico técnico: es una herramienta práctica, para garantizar la seguridad de un velero. Aprender a calcularla e interpretarla, brinda confianza tanto a diseñadores como a navegantes, y permite crear y manejar embarcaciones más seguras y equilibradas.
En nuestros próximos contenidos seguiremos profundizando en la estabilidad, incluyendo la dinámica, pruebas de escora y recomendaciones de diseño para embarcaciones deportivas y de trabajo.
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